EN EL CEREBRO Y SISTEMA NERVIOSO
El consumo de alcohol de forma aguda afecta gradualmente las funciones cerebrales, en primer lugar a las emociones (cambios súbitos de humor), los procesos de pensamiento y el juicio. Si continúa la ingesta de alcohol se altera el control motor, produciendo mala pronunciación al hablar, reacciones más lentas y pérdida del equilibrio.
En el corazón y sistema circulatorio
Sobre el corazón, los efectos fisiológicos del consumo son aumentar la actividad cardíaca y producir vasodilatación periférica, lo que explica el enrojecimiento y el aumento de la temperatura superficial de la piel que se produce tras su consumo.
En el sistema digestivo: estómago, páncreas, hígado o esófago.
Las molestias gástricas son debidas a erosiones en las mucosas producidas por el etanol. El ardor estomacal será mayor si se han mezclado diferentes bebidas o combinados, ya que la irritación gástrica se deberá a todos los componentes bebidos.
Cáncer
El alcohol está reconocido por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), como un carcinógeno del grupo 1 (carcinógeno en humanos). El alcohol está reconocido como agente causal del cáncer de mama, cáncer colorrectal, cáncer de orofaringe y laringe, cáncer de esófago y cáncer de hígado.
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